lunes, 24 de septiembre de 2007

El proceso de penetración de la Nueva era

Al pasar la humanidad de una concepción teo-céntrica del mundo, en la cual Dios era el centro, a una concepción antropo-céntrica, en la que el hombre se convierte en el centro, se fueron introduciendo cambios en los conceptos de la fe, en las normas morales, en las actitudes y valores, en las formas de vida y costumbres de las personas. Aunque estos cambios se han venido sucediendo paulatinamente desde el Renacimiento, no hay duda de que es en este siglo, cuando se van dando las condiciones que hacen posible la penetración franca y más generalizada de los errores de la Nueva Era.

Ya en 1986 un reportaje del New York Times dice que todo ha sido influido por la Nueva Era: la educación, la salud, el arte, la economía, la gerencia, el gobierno, la ciencia, el entretenimiento y... la religión.

En el área religiosa hay gente muy comprometida, muy cristiana, católica practicante; hasta sacerdotes y religiosas que inocentemente han ido "anexando" (así comienza la participación: agregando) a sus creencias y prácticas de siempre, teorías y prácticas de la Nueva Era. Y ya sabemos de dónde vienen estas "nuevas" creencias y prácticas. Por ejemplo, una muy difundida y anexada por muchos cristianos es la creencia en la reencarnación, que se analizará más adelante.

Los propulsores de la Nueva Era no van directamente contra las creencias cristianas; "aparentemente" las aceptan. Se muestran muy abiertos, al principio. Proponen estos errores heréticos como algo compatible con el Cristianismo. Todas las religiones son aceptadas. Claro, ya que la Teosofía se basa en la igualdad de las religiones para así acabar con todas, en particular la católica para luego tratar de establecer la religión única. Los que están promoviendo la Nueva Era usan terminología de la Biblia, del cristianismo y hasta mencionan actividades de la Iglesia Católica, para confundir, engañar y atraer a los católicos.

Entre otros muchos podemos señalar cuatro factores que han facilitado su rápida expansión:

1. El rápido proceso de globalización en todos los campos del actuar humano
2. La agresiva comercialización de todos los aspectos de la vida humana
3. El destierro de la fe del horizonte del saber humano
4. La insaciable sed del ser humano de una trascendencia que dé sentido a su vida

Para ver cómo ha sido el cambio en la sociedad y en los individuos que la integran desde fines del siglo pasado, puede verse en la Encíclica "Humanum Genus" del Papa León XIII y un extracto de otra Encíclica suya, "Praeclara Gratulationis". Además, ha habido un cambio de mentalidad que se ha producido en forma intensa y acelerada durante la segunda mitad de este siglo, y que lo resume de la siguiente manera Mássimo Introvigne, Director del Centro de Estudios de Nuevas Religiones de Roma:

1a. Etapa: Iglesia NO - Cristo SI: Etapa de penetración de las sectas de origen cristiano y en nuestros países, etapa de descrédito de la Iglesia y de los sacerdotes: "Yo creo en Cristo, pero no en los curas", fue un comentario que comenzó a difundirse y a oírse entonces, convirtiéndose casi en "slogan".
2a. Etapa: Cristo NO - Dios Sí: Etapa de invasión de la religiosidad oriental y de los Gurúes orientales hacia el occidente cristiano.
3a. Etapa: Dios NO - Religión SI: Etapa en que asuntos seculares se convierten en cuasi-religiosos. En política, el Marxismo; en la ciencia, el Freudismo y el comienzo de los movimientos del "desarrollo del potencial ilimitado del ser humano".
4a. Etapa: Religión NO - Sacralidad SI: Etapa de promoción de creencias y prácticas del ocultismo que se promueven como sagradas: es ya la Etapa de la Nueva Era.

Este ha sido un proceso de penetración inadvertido y solapado, lento y paulatino, pero efectivo y certero. Han sido fases de alejamiento de la verdad que se han ido sucediendo una tras otra en todo el mundo.

Penetración literaria: En 1976 sale el bestseller "Juan Salvador Gaviota" de Richard Bach, publicación que es dictada por un espíritu. Este fue el lanzamiento de la literatura "canalizada" por espíritus. Este relato aparentemente inocuo e idealista traía la semilla del New Age. Se vendieron en poco tiempo 25 millones de ejemplares. Posteriormente sale "Las Enseñanzas del Don Juan" de Carlos Castañeda, el mayor exponente de la hechicería. Hoy en día la literatura Nueva Era es excesiva; para 1991, sólo en EE.UU., habían 2,500 librerías especializadas, sin contar las secciones Nueva Era en todas las librerías, con 25,000 títulos en circulación y creciendo vertiginosamente, convirtiéndose este renglón en fuente de "grandes lucros", según reseña el diario "Jornal do Brasil" en Enero de 1995.

Penetración audiovisual: Son evidentes en películas, videos, juegos de video, música y también en libros y revistas las siguientes influencias: gusto por el terror, por lo imaginario y fantasioso, por lo cósmico-mágico, lo feo y monstruoso, experiencias extra-sensoriales, poderes parasicológicos como la telepatía, comunicación con espíritus a través de juegos como la Ouija; viajes al más allá, talismanes, brujería, hechicería, etc....y hasta lo expresamente satánico. Las películas satánicas abundan y se transmiten frecuentemente por la televisión.

Penetración por símbolos: La simbología satánica puede verse abundantemente en periódicos, revistas, artes, publicidad, TV, cine, ropa, etc.

Penetración en la música: La llamada "Música New Age", con la repetición de sonidos en secuencias alternadas está realizada para crear atmósferas que lleven al oyente a un estado de relajación que favorezca la alteración de los estados de conciencia. En la música rock las letras con alabanzas, antes escondidas y ahora expresas al mismo Satanás son cada vez más frecuentes.

Drogas: En la Nueva Era las drogas son usadas, más que todo, como un medio para lograr, a través de la alteración de los estados de conciencia y de la manipulación del sistema nervioso, supuestas experiencias divinizantes.

Descrédito progresivo de la moral y la ley de Dios: Esta es una forma de penetración evidente en todos los sectores de la sociedad, a través de los medios de comunicación, tanto en programas de ficción (novelas, películas) como en las de no-ficción (programas de opinión, científicos, etc.). Por esto S.S. Juan Pablo II en su Encíclica "Veritatis Splendor" (#35) escribe:" Estamos invadidos de una orientación ética que tiene su centro en un pretendido conflicto entre la libertad y la Ley de Dios ... llegando a tal grado de autonomía moral que es casi una soberanía absoluta".

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