Señor ¿a quién vamos a ir? Solo Tú tienes palabras de vida eterna, y nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios (Juan 6,68).
domingo, 30 de septiembre de 2012
La nueva ley evangélica
Tomado del Catecismo de la Iglesia Católica
La
Ley nueva o Ley evangélica es la perfección aquí abajo de la ley divina,
natural y revelada. Es obra de Cristo y se expresa particularmente en el Sermón
de la Montaña. Es también obra del Espíritu Santo, y por él viene a ser la ley
interior de la caridad:
sábado, 29 de septiembre de 2012
Gracia santificante
Por P. Miguel Ángel Fuentes,
I.V.E.
Y ¿qué es la gracia? La gracia o gracia
santificante es un don de Dios. Es una realidad espiritual sobrenatural que
Dios infunde en nuestra alma.
lunes, 24 de septiembre de 2012
Llamado a la santidad
Por San Pedro y San Pablo. Tomado de la Biblia
La voluntad de Dios es que sean santos. ...Dios, en efecto, no nos llamó a la impureza, sino a la santidad. 1 Tes 4, 3. 7
Por lo tanto, manténganse con el espíritu alerta, vivan sobriamente y pongan toda su esperanza en la gracia que recibirán cuando se manifieste Jesucristo.
La voluntad de Dios es que sean santos. ...Dios, en efecto, no nos llamó a la impureza, sino a la santidad. 1 Tes 4, 3. 7
Por lo tanto, manténganse con el espíritu alerta, vivan sobriamente y pongan toda su esperanza en la gracia que recibirán cuando se manifieste Jesucristo.
sábado, 22 de septiembre de 2012
Admiración por el perdón de Dios
Tomado de www.fraynelson.com
Si leemos el evangelio según San Mateo capítulo 18 versículo 20 y siguientes, es tan hermosa y tan clara la pedagogía de Jesucristo, que logra que sus imágenes queden muy bien impresas en nuestro corazón; nos parece estar mirando estas escenas, ver a ese primer empleado que se postra, que gime, que llora, y dice: “Ten paciencia conmigo y te lo pagaré”
Si leemos el evangelio según San Mateo capítulo 18 versículo 20 y siguientes, es tan hermosa y tan clara la pedagogía de Jesucristo, que logra que sus imágenes queden muy bien impresas en nuestro corazón; nos parece estar mirando estas escenas, ver a ese primer empleado que se postra, que gime, que llora, y dice: “Ten paciencia conmigo y te lo pagaré”
Frases de Albert Einsten
Estas frases son atribuidas a Albert Einsten, si no fuera así, creo que de todas formas vale la pena compartirlas y meditarlas:
Todos somos muy ignorantes. Lo que ocurre es que no
todos ignoramos las mismas cosas.
Nunca consideres el estudio como una obligación,
sino como una oportunidad para penetrar en el bello y maravilloso mundo del
saber.
Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo
mismo.
La vida es muy peligrosa. No por las personas que
hacen el mal, sino por las que se sientan a ver lo que pasa.
Hay dos cosas infinitas: el Universo y la estupidez
humana. Y del Universo no estoy seguro.
Comienza a manifestarse la madurez cuando sentimos
que nuestra preocupación es mayor por los demás que por nosotros mismos.
Vivimos en el mundo cuando amamos. Sólo una vida
vivida para los demás merece la pena ser vivida.
Hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la
electricidad y la energía atómica: la voluntad.
Los grandes espíritus siempre han encontrado una
violenta oposición de parte de mentes mediocres.
Al principio todos los
pensamientos pertenecen al amor. Después, todo el amor pertenece a los
pensamientos.
¿Hay planetas en la Biblia? ¿Y también enzimas?
Por Fray Nelson Medina O.P.
Hay un gran supuesto que subyace a las críticas de la astrofísica moderna a la religión. Ese supuesto es que cuando la Biblia habla de "la tierra" se refiere a este planeta, el tercero en la lista del Sistema Solar, después de Mercurio y Venus, y antes de Marte y el gigantón, Júpiter.
Hay un gran supuesto que subyace a las críticas de la astrofísica moderna a la religión. Ese supuesto es que cuando la Biblia habla de "la tierra" se refiere a este planeta, el tercero en la lista del Sistema Solar, después de Mercurio y Venus, y antes de Marte y el gigantón, Júpiter.
jueves, 20 de septiembre de 2012
El reino de Dios es
Tomado de www.sjmex.org
Que
fluya el derecho como agua, la justicia como un torrente inagotable Am 5,24
Justicia
y derecho amor y compasión Os 2,24
Hacer
justicia cada mañana y salvar al oprimido de la mano del opresor Jer
21,11
Abrir
las prisiones injustas, hacer saltar los cerrojos de los cepos, dejar libres a
los oprimidos, romper todos los cepos, partir tu pan con el hambriento, hospedar
a los pobres sin techo, vestir al que ves desnudo, y no cerrarte a tu propia
carne; Is 58,6-7
Hacer
justicia al huérfano, al vejado, para que cese la tiranía del hombre salido de la
tierra Sal 10,18
Librar
al débil del más fuerte, al pobre de su explotador Sal 68,7
Derribar
del trono a los poderosos y enaltecer a los humildes, colmar de bienes a los
hambrientos y mandar a los ricos vacíos Luc 1,52-53
Vender
lo que tienes y dárselo a los pobres Mc 10,21
Amar
al único Señor tu Dios, con todo el corazón y amar al prójimo como a tí mismo cosa
que vale más que todos los holocaustos y sacrificios, ni existe otro
mandamiento mayor que éstos Mc12,28-34
No
acumular riqueza privada para sí. Sant 5,3; Lc 12,21
Hacer a los demás lo que queramos que ellos nos hagan Mt 7,21
Aprender
que significa aquello: "quiero misericordia y no sacrificios" Os 6,6;
Mt 9,13
No
descuidar lo más importante de la ley, la justicia, la misericordia y la fe Mt
23,23
No
ser egoísta; no alegrarse de la injusticia 1 Cor 13,5-6
Ser
libres; servir por amor los unos a los otros Gal 5,1-13
Amar
al prójimo cumpliendo la ley en plenitud con el amor que no hace mal al prójimo
Rom 13,8-10
Obrar
como hombres libres, no como quienes hacen de la libertad un pretexto para la maldad
1 Ped 2,16
No
devolver mal por mal ni insulto por insulto; no tener miedo a sufrir por causa
de la justicia; preferir padecer por obrar el bien que por obrar el mal 1 Ped
3,9 ,14-17
Pasar
de la muerte a la vida porque amamos a los hermanos 1 Jn 3,14
No
amar de palabra ni de boca, sino con obras y de verdad 1 Jn 3,18
martes, 18 de septiembre de 2012
Falsas ideas de Dios
Tomado de www.sjmex.org
Un
Dios que tapa agujeros, un Dios mentolatum, al que acudo solamente en
momentos difíciles. Es un Dios milagrero si cumplimos mandas y promesas o
peregrinaciones. Dios puede hacer milagros, pero normalmente deja que las leyes
de la naturaleza sigan su propio curso. Dios promete ayudarnos “si pedimos el
Espíritu”, pero no nos ahorra la dificultad y limitaciones de la vida humana.
lunes, 17 de septiembre de 2012
Nuestro tiempo, a su servicio
Tomado de www.ewtn.com autor: Madre Angélica
Hay en el corazón de cada cristiano la necesidad de
ponerse al servicio de Dios y su Reino. Vemos una multitud de necesidades en la
Iglesia, en nuestra comunidad, en nuestra Parroquia y en el mundo. La magnitud
de estas necesidades sin embargo, a menudo produce un efecto que nos paraliza.
Los pecados de un creyente de acción
Por Alberto Hurtado SJ tomado de www.sjmex.org
- Creerse indispensable a Dios. No orar bastante. Perder el contacto con Dios.
- Andar demasiado a prisa. Querer ir más ligero que Dios. Pactar aunque sea ligeramente con el mal para tener éxito.
La vida del hombre
Autor: Thomas Merton
En
una palabra, para que el hombre viva, debe alcanzar una vitalidad integral,
completa. Todo debe ser vida en él, en su cuerpo, sus sentidos, su mente y su
voluntad.
Pero
esta vida debe tener también cierto orden y coherencia especiales. Vemos a
menudo a personas que son consideradas como “rebosantes de vida” pero que, en
realidad, no hacen otra cosa que luchar con su propia incoherencia.Llevar a los demás al amor de Cristo
Tomado del libro "Es Cristo que pasa" de Josemaría Escriva de Balaguer
Pero fijaos en que Dios no
nos declara: en lugar del corazón, os daré una voluntad de puro espíritu. No:
nos da un corazón, y un corazón de carne, como el de Cristo. Yo no cuento con
un corazón para amar a Dios, y con otro para amar a las personas de la tierra.
domingo, 16 de septiembre de 2012
Alejados por el escándalo
Tomado de www.ewtn.com de las reflexiones de la Madre Angélica
¿Quien puede medir las profundidades del deseo en el corazón de
Jesús mientras espera aquella alma especial que se alejó de Él debido al
escándalo? ¿No es acaso dolor doble para su Corazón?
Aquellos a quien Él mostró
un amor especial, llamándolos al sacerdocio o a la vida religiosa sucumben al
mundo, violan sus votos, desdeñan la vida espiritual y se quedan inmersos en la
autocompasión. ¿Son causa de escándalo? Sí. ¿Tienen una razón para el
escándalo? No.
Aprender a corregir
Por Alfonso Aguiló Tomado de 'Hacer Familia'
Es natural que los jóvenes y los mayores vean las cosas de
distinto modo. Lo que sería extraño es que un adolescente y una persona madura
pensaran de idéntica manera.
La educación no es empeñarse en que nuestros hijos sean como
Einstein, o como ese genio de las finanzas, o como aquella princesa que sale en
las revistas. Tampoco es el destino de los chicos llegar a ser lo que nosotros
fuimos incapaces de alcanzar, ni hacer esa espléndida carrera que tanto nos
gusta... a nosotros. No. Son ellos mismos.
viernes, 14 de septiembre de 2012
2do Mandamiento. No tomarás el nombre de Dios en vano
Tomado del Catecismo de la Iglesia Católica
«No tomarás en falso el nombre del Señor tu Dios» (Ex 20, 7; Dt 5, 11).
«Se dijo a los antepasados: “No perjurarás”... Pues yo os digo que no juréis en modo alguno» (Mt 5, 33-34).
El segundo mandamiento prescribe respetar el nombre
del Señor. Pertenece, como el primer mandamiento, a la virtud de la religión
y regula más particularmente el uso de nuestra palabra en las cosas santas.
La deferencia respecto a su Nombre expresa la que es
debida al misterio de Dios mismo y a toda la realidad sagrada que evoca. El
sentido de lo sagrado pertenece a la virtud de la religión.
El fiel cristiano debe dar testimonio del nombre del Señor confesando su fe sin ceder al temor (cf Mt 10, 32; 1 Tm 6, 12).
El segundo mandamiento prohíbe abusar del nombre de Dios, es decir, todo uso inconveniente del nombre de Dios, de Jesucristo, de la Virgen María y de todos los santos.
Las promesas hechas a otro en nombre de Dios comprometen el honor, la fidelidad, la veracidad y la autoridad divinas. Deben ser respetadas en justicia. Ser infiel a ellas es abusar del nombre de Dios y, en cierta manera, hacer de Dios un mentiroso (cf 1 Jn 1, 10).
La blasfemia se opone directamente al segundo mandamiento. Consiste en proferir contra Dios —interior o exteriormente— palabras de odio, de reproche, de desafío; en injuriar a Dios, faltarle al respeto en las expresiones, en abusar del nombre de Dios.
La prohibición de la blasfemia se extiende a las palabras contra la Iglesia de Cristo, los santos y las cosas sagradas. Es también blasfemo recurrir al nombre de Dios para justificar prácticas criminales, reducir pueblos a servidumbre, torturar o dar muerte. El abuso del nombre de Dios para cometer un crimen provoca el rechazo de la religión. La blasfemia es contraria al respeto debido a Dios y a su santo nombre. Es de suyo un pecado grave.
Las palabras mal sonantes que emplean el nombre de Dios sin intención de blasfemar son una falta de respeto hacia el Señor. El segundo mandamiento prohíbe también el uso mágico del Nombre divino.
Tomar el Nombre del Señor en vano
El fiel cristiano debe dar testimonio del nombre del Señor confesando su fe sin ceder al temor (cf Mt 10, 32; 1 Tm 6, 12).
El segundo mandamiento prohíbe abusar del nombre de Dios, es decir, todo uso inconveniente del nombre de Dios, de Jesucristo, de la Virgen María y de todos los santos.
Las promesas hechas a otro en nombre de Dios comprometen el honor, la fidelidad, la veracidad y la autoridad divinas. Deben ser respetadas en justicia. Ser infiel a ellas es abusar del nombre de Dios y, en cierta manera, hacer de Dios un mentiroso (cf 1 Jn 1, 10).
La blasfemia se opone directamente al segundo mandamiento. Consiste en proferir contra Dios —interior o exteriormente— palabras de odio, de reproche, de desafío; en injuriar a Dios, faltarle al respeto en las expresiones, en abusar del nombre de Dios.
La prohibición de la blasfemia se extiende a las palabras contra la Iglesia de Cristo, los santos y las cosas sagradas. Es también blasfemo recurrir al nombre de Dios para justificar prácticas criminales, reducir pueblos a servidumbre, torturar o dar muerte. El abuso del nombre de Dios para cometer un crimen provoca el rechazo de la religión. La blasfemia es contraria al respeto debido a Dios y a su santo nombre. Es de suyo un pecado grave.
Las palabras mal sonantes que emplean el nombre de Dios sin intención de blasfemar son una falta de respeto hacia el Señor. El segundo mandamiento prohíbe también el uso mágico del Nombre divino.
Tomar el Nombre del Señor en vano
El segundo mandamiento prohíbe el juramento en
falso. Hacer juramento o jurar es tomar a Dios por testigo de lo que se
afirma. Es invocar la veracidad divina como garantía de la propia veracidad. El
juramento compromete el nombre del Señor. “Al Señor tu Dios temerás, a él le
servirás, por su nombre jurarás” (Dt 6, 13).
El falso juramento invoca a Dios como testigo de
una mentira.
Es perjuro quien, bajo juramento, hace una
promesa que no tiene intención de cumplir, o que, después de haber prometido
bajo juramento, no mantiene. El perjurio constituye una grave falta de respeto
hacia el Señor que es dueño de toda palabra. Comprometerse mediante juramento a
hacer una obra mala es contrario a la santidad del Nombre divino.
Jesús expuso el segundo mandamiento en el Sermón de la Montaña: «Habéis oído que se dijo a los antepasados: “no perjurarás, sino que cumplirás al Señor tus juramentos”. Pues yo os digo que no juréis en modo alguno... sea vuestro lenguaje: “sí, sí”; “no, no”: que lo que pasa de aquí viene del Maligno» (Mt 5, 33-34.37; cf St 5, 12). Jesús enseña que todo juramento implica una referencia a Dios y que la presencia de Dios y de su verdad debe ser honrada en toda palabra. La discreción del recurso a Dios al hablar va unida a la atención respetuosa a su presencia, reconocida o menospreciada en cada una de nuestras afirmaciones.
Siguiendo a san Pablo (cf 2 Co 1, 23; Ga 1, 20), la Tradición de la Iglesia ha comprendido las palabras de Jesús en el sentido de que no se oponen al juramento cuando éste se hace por una causa grave y justa (por ejemplo, ante el tribunal). El juramento, es decir, la invocación del Nombre de Dios como testigo de la verdad, sólo puede prestarse con verdad, con sensatez y con justicia.
Jesús expuso el segundo mandamiento en el Sermón de la Montaña: «Habéis oído que se dijo a los antepasados: “no perjurarás, sino que cumplirás al Señor tus juramentos”. Pues yo os digo que no juréis en modo alguno... sea vuestro lenguaje: “sí, sí”; “no, no”: que lo que pasa de aquí viene del Maligno» (Mt 5, 33-34.37; cf St 5, 12). Jesús enseña que todo juramento implica una referencia a Dios y que la presencia de Dios y de su verdad debe ser honrada en toda palabra. La discreción del recurso a Dios al hablar va unida a la atención respetuosa a su presencia, reconocida o menospreciada en cada una de nuestras afirmaciones.
Siguiendo a san Pablo (cf 2 Co 1, 23; Ga 1, 20), la Tradición de la Iglesia ha comprendido las palabras de Jesús en el sentido de que no se oponen al juramento cuando éste se hace por una causa grave y justa (por ejemplo, ante el tribunal). El juramento, es decir, la invocación del Nombre de Dios como testigo de la verdad, sólo puede prestarse con verdad, con sensatez y con justicia.
La santidad del nombre divino exige no recurrir a él
por motivos fútiles, y no prestar juramento en circunstancias que pudieran
hacerlo interpretar como una aprobación de una autoridad que lo exigiese
injustamente. Cuando el juramento es exigido por autoridades civiles ilegítimas,
puede ser rehusado. Debe serlo, cuando es impuesto con fines contrarios a la
dignidad de las personas o a la comunión de la Iglesia.
jueves, 13 de septiembre de 2012
La salvación en Jesús
Tomado del libro "Id y evangelizad por todo el mundo" de José H. Prado
Dios nos ama, pero el pecado
nos impide experimentar ese amor. El hombre solo no puede salvarse. La Buena
Noticia es que si el hombre era incapaz de llegar a Dios, Dios vino al hombre.
Si nosotros no teníamos las fuerzas necesarias para subir a El, El descendió a
nosotros. Cuando no había esperanza alguna de solución al problema más grave
del hombre, entonces brillo una luz en medio de las tinieblas: Dios cumplió su
promesa de salvación.
lunes, 10 de septiembre de 2012
Dormidos ante el mal
Autor: Padre Jordi Rivera
Mientras los cristianos
duermen, el mal avanza. Esto lo demuestra la historia. Es hora de despertar del
sueño. Las ideas preceden a los hechos y son las
municiones en la guerra por la conquista de las mentes. Quien domina las mentes
domina los corazones y las almas. En la segunda mitad del siglo XIX, Friederich
Nietzsche y otros filósofos declararon: "Dios está muerto".
La media cobija
Autor
desconocido
Don Roque era ya un anciano cuando murió su esposa. Durante largos años había trabajado con ahínco para sacar adelante a su familia. Su mayor deseo era ver a su hijo convertido en un hombre de bien, respetado por los demás, ya que para lograrlo dedicó su vida y su escasa fortuna.
Don Roque era ya un anciano cuando murió su esposa. Durante largos años había trabajado con ahínco para sacar adelante a su familia. Su mayor deseo era ver a su hijo convertido en un hombre de bien, respetado por los demás, ya que para lograrlo dedicó su vida y su escasa fortuna.
Cada persona es importante
Autor desconocido
Durante mi segundo semestre en la escuela de enfermería, nuestro profesor nos dio un examen sorpresa. Leí rápidamente todas las preguntas, hasta que llegué a la última: "¿Cuál es el nombre de la mujer que limpia la escuela?". Pensé que seguramente era una broma. Había visto muchas veces a la mujer que limpiaba la escuela. Era alta, cabello oscuro, como de cincuenta años, pero ¿como iba yo a saber su nombre?.
Entregué mi examen, dejando la última pregunta en blanco. Antes de que terminara la clase, alguien le preguntó al profesor si la última pregunta contaría para la nota del examen. "Absolutamente", dijo el profesor. En sus carreras ustedes conocerán muchas personas. Todas son significantes y merecen ser vuestra atención, aun sólo si ustedes les sonríen y dicen "Hola".
Durante mi segundo semestre en la escuela de enfermería, nuestro profesor nos dio un examen sorpresa. Leí rápidamente todas las preguntas, hasta que llegué a la última: "¿Cuál es el nombre de la mujer que limpia la escuela?". Pensé que seguramente era una broma. Había visto muchas veces a la mujer que limpiaba la escuela. Era alta, cabello oscuro, como de cincuenta años, pero ¿como iba yo a saber su nombre?.
Entregué mi examen, dejando la última pregunta en blanco. Antes de que terminara la clase, alguien le preguntó al profesor si la última pregunta contaría para la nota del examen. "Absolutamente", dijo el profesor. En sus carreras ustedes conocerán muchas personas. Todas son significantes y merecen ser vuestra atención, aun sólo si ustedes les sonríen y dicen "Hola".
Yo nunca olvidé esa lección. También
aprendí que su nombre era Dora.
...Y usted, ¿sabe el nombre
de las personas que le sirven?
Guardaos de
menospreciar a uno de estos pequeños; porque yo os digo que sus ángeles, en los
cielos, ven continuamente el rostro de mi Padre que está en los cielos. -Mateo
18,10
Y el Rey
les dirá: "En verdad os digo que cuanto hicisteis a unos de estos hermanos míos
más pequeños, a mí me lo hicisteis." -Mateo 25,40
Una Sonrisa. De Teresa de Calcuta
Una sonrisa en los labios alegra nuestro corazón,
conserva nuestro buen humor,
guarda nuestra alma en paz,
vigoriza la salud,
embellece nuestro rostro
e inspira buenas obras.
Sonriamos a los rostros tristes,
tímidos, enfermos, conocidos,
familiares y amigos.
Sonriámosle a Dios con la aceptación
de todo lo que El nos envié y
tendremos el merito de poseer
la mirada radiante de su rostro
con su amor por toda la eternidad.
Las palabras de Cristo son muy claras,
pero debemos entenderlas como una
realidad viviente,
tal como El las propuso.
Cuando El habla de hambre,
no habla solamente del hambre de pan,
sino hambre de amor, hambre de ser
comprendido, de ser querido.
El experimentó lo que es ser rechazado
porque vino entre los suyos
y los suyos no lo quisieron.
Y El conoció lo que es estar solo,
abandonado, y no tener a nadie suyo.
Esta hambre de hoy, que esta rompiendo vidas
en todo el mundo destruyendo hogares y naciones,
habla de no tener hogar,
no solamente un cuarto con techo,
habla del anhelo de ser aceptado,
de ser tratado con compasión,
y que alguien abra nuestro corazón para recibir
al que se sienta abandonado.
-Madre Teresa, M.C.
conserva nuestro buen humor,
guarda nuestra alma en paz,
vigoriza la salud,
embellece nuestro rostro
e inspira buenas obras.
Sonriamos a los rostros tristes,
tímidos, enfermos, conocidos,
familiares y amigos.
Sonriámosle a Dios con la aceptación
de todo lo que El nos envié y
tendremos el merito de poseer
la mirada radiante de su rostro
con su amor por toda la eternidad.
Las palabras de Cristo son muy claras,
pero debemos entenderlas como una
realidad viviente,
tal como El las propuso.
Cuando El habla de hambre,
no habla solamente del hambre de pan,
sino hambre de amor, hambre de ser
comprendido, de ser querido.
El experimentó lo que es ser rechazado
porque vino entre los suyos
y los suyos no lo quisieron.
Y El conoció lo que es estar solo,
abandonado, y no tener a nadie suyo.
Esta hambre de hoy, que esta rompiendo vidas
en todo el mundo destruyendo hogares y naciones,
habla de no tener hogar,
no solamente un cuarto con techo,
habla del anhelo de ser aceptado,
de ser tratado con compasión,
y que alguien abra nuestro corazón para recibir
al que se sienta abandonado.
-Madre Teresa, M.C.
domingo, 9 de septiembre de 2012
El pecado del hombre
Tomado del libro: "Id y evangelizad a los bautizados" de José H. Prado Flores
Ante la
realidad de nosotros mismos y todo cuanto nos rodea surgen algunas preguntas
muy lógicas. Si Dios nos ama:
¿Porque a
nivel personal se vive con tantas inseguridades, temores, envidias,
insatisfacciones, desequilibrios emocionales, competencia, angustia, tristeza y
limitaciones, y no experimentamos su amor?
Fe y Obras
Tomado del artículo de Joseph Pohle, Justification,“The Catholic Encyclopedia”, vol. VIII
La Iglesia enseña la necesidad de las obras, pero también lo enseñan las Escrituras. Aún así, la Iglesia rechaza la noción de que la salvación se puede alcanzar ‘sólo por las obras’. De la misma forma, la doctrina católica sostiene –como doctrina revelada– que no
basta la fe para la salvación, ya que sólo por la caridad la fe tiene la
perfección de unirnos a Cristo y ser vida del alma, siendo meritoria de vida
eterna.
sábado, 8 de septiembre de 2012
Libertad y Gracia
Tomado de http://www.teologoresponde.com.ar/respuesta.asp?id=74
En este enlace, se responde teológicamente a las siguientes cuiestiones:
Si el primer impulso hacia la conversión y el bien es obra de la gracia, ¿dónde quedan la libertad y la responsabilidad humanas? Si todo lo bueno en nosotros lo pone Dios, ¿no somos meros sujetos pacientes de su gracia, unos poseídos, títeres en sus manos? Si sólo por la gracia podemos ser buenos y salvarnos, ¿no sería Dios el único responsable de nuestra condenación?
En este enlace, se responde teológicamente a las siguientes cuiestiones:
Si el primer impulso hacia la conversión y el bien es obra de la gracia, ¿dónde quedan la libertad y la responsabilidad humanas? Si todo lo bueno en nosotros lo pone Dios, ¿no somos meros sujetos pacientes de su gracia, unos poseídos, títeres en sus manos? Si sólo por la gracia podemos ser buenos y salvarnos, ¿no sería Dios el único responsable de nuestra condenación?
viernes, 7 de septiembre de 2012
Agradecidos por estar en la viña
Predicación tomada de de www.fraynelson.com
¿Por qué hacemos el bien y por que nos abstenemos del mal? ¿Cuántas veces nos sorprendemos llevando un registro de nuestras buenas obras? ¿llevamos cuentas de lo bueno que somos? Fray Nelson Medina nos invita a reflexionar sobre el tema partiendo de la enseñanza del siguiente pasaje del evangelio:
¿Por qué hacemos el bien y por que nos abstenemos del mal? ¿Cuántas veces nos sorprendemos llevando un registro de nuestras buenas obras? ¿llevamos cuentas de lo bueno que somos? Fray Nelson Medina nos invita a reflexionar sobre el tema partiendo de la enseñanza del siguiente pasaje del evangelio:
jueves, 6 de septiembre de 2012
Los deberes civiles del cristiano
Creo prudente detenernos por un momento para
analizar y confrontar nuestras intenciones y acciones cotidianas a la luz del
evangelio de Cristo en un tema que es común a los habitantes de cualquier país:
nuestros deberes civiles como ciudadanos. ¿Cómo debe abordar el creyente los
temas temporales que atañen a este mundo?
martes, 4 de septiembre de 2012
La fe y la razón, algunas precisiones
Tomado del libro "Para salvarte" de Jorge Loring, S.I.
La
fe es segura y oscura al mismo tiempo. Segura porque se basa en la palabra de
Dios, y oscura por la limitación de nuestro entendimiento. Por eso decía Santa
Teresita del Niño Jesús: «Señor, no te entiendo nada; pero te creo todo,
porque me fío de Ti».
Lo
primero que hay que decir es que las cosas son como Dios ha dicho que son, no
como nos puedan parecer a nosotros. Y si Dios ha dicho que seguiremos vivos más
allá de la muerte, esto es así aunque haya quien no lo acepte. Algunos piensan
que por no creer en el infierno son más libres. Pero no es así. Lo que son es
más inconscientes.domingo, 2 de septiembre de 2012
Más allá del estrés
Por Arturo Guerra, LC www.fluvium.org
Si caminaste 200 pasos más de lo acostumbrado porque fuera de tu oficina están instalando un semáforo y por lo mismo te has visto obligado a estacionar más lejos, ya estás estresado. Si el jefe te levantó la voz un decibel más de lo habitual, ya estás estresado. Si tu perro profirió cuatro ladridos y un aullido a media noche, estás estresado.
Si caminaste 200 pasos más de lo acostumbrado porque fuera de tu oficina están instalando un semáforo y por lo mismo te has visto obligado a estacionar más lejos, ya estás estresado. Si el jefe te levantó la voz un decibel más de lo habitual, ya estás estresado. Si tu perro profirió cuatro ladridos y un aullido a media noche, estás estresado.
sábado, 1 de septiembre de 2012
Gabriela Mistral. El placer de servir
Poema de Gabriela Mistral
Toda la naturaleza es un anhelo de servicio; sirve la nube, sirve el aire, sirve el surco.
Donde haya un árbol que plantar, plántalo tú.
Donde haya un error que enmendar, enmiéndalo tú
Donde haya un esfuerzo que todos esquiven, acéptalo tú.
Sé el que aparte la estorbosa piedra del camino, sé el que aparte el odio entre los corazones y las dificultades del problema. Existe la alegría de ser sano y de ser justo; pero hay, sobre todo, la hermosa, la inmensa alegría de servir.
¡Qué triste sería el mundo si todo en él estuviera hecho, si no hubiera rosal que plantar, una empresa que acometer!
Que no te atraigan solamente los trabajos fáciles: ¡Es tan bello hacer lo que otros esquivan!
Pero no caigas en el error de que sólo se hace mérito con los grandes trabajos; hay pequeños servicios que son buenos servicios: Adornar una mesa, ordenar unos libros, peinar una niña. Aquél es el que critica, éste es el que destruye, sé tú el que sirve.
El servir no es una faena de seres inferiores. Dios, que da el fruto y la luz, sirve. Pudiera llamársele así: El que sirve.
Y tiene sus ojos fijos en nuestras manos y nos pregunta cada día: ¿Serviste hoy? ¿Al árbol? ¿A tu amigo? ¿A tu madre?”.
Toda la naturaleza es un anhelo de servicio; sirve la nube, sirve el aire, sirve el surco.
Donde haya un árbol que plantar, plántalo tú.
Donde haya un error que enmendar, enmiéndalo tú
Donde haya un esfuerzo que todos esquiven, acéptalo tú.
Sé el que aparte la estorbosa piedra del camino, sé el que aparte el odio entre los corazones y las dificultades del problema. Existe la alegría de ser sano y de ser justo; pero hay, sobre todo, la hermosa, la inmensa alegría de servir.
¡Qué triste sería el mundo si todo en él estuviera hecho, si no hubiera rosal que plantar, una empresa que acometer!
Que no te atraigan solamente los trabajos fáciles: ¡Es tan bello hacer lo que otros esquivan!
Pero no caigas en el error de que sólo se hace mérito con los grandes trabajos; hay pequeños servicios que son buenos servicios: Adornar una mesa, ordenar unos libros, peinar una niña. Aquél es el que critica, éste es el que destruye, sé tú el que sirve.
El servir no es una faena de seres inferiores. Dios, que da el fruto y la luz, sirve. Pudiera llamársele así: El que sirve.
Y tiene sus ojos fijos en nuestras manos y nos pregunta cada día: ¿Serviste hoy? ¿Al árbol? ¿A tu amigo? ¿A tu madre?”.
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