martes, 9 de junio de 2009

Tragedia en Hermosillo

No es necesario repetir lo que ya sabemos. Lo que ocurrió es algo que nos deja atónitos. Diana, una muy querida amiga, hace la siguiente reflexión al respecto:

La tragedia de la guardería de Hermosillo nos ha sensibilizado a todos. Hoy por la mañana escuché en las noticias que ya eran 44 niños los muertos... me uno a su estupor, no hay palabras...

Y sí, efectivamente, algo pasa... la violencia está cada vez mas cerca, las tragedias cada vez mas mas dolorosas, EL MUNDO NECESITA DE DIOS.

Sin embargo, en medio de todo hay siempre esperanza, y quiero compartir con ustedes ésto también. Ayer en misa tuve un hermoso momento de consolación, ya que durante la lectura del evangelio la frase: "...y yo estaré con ustedes TODOS LOS DIAS hasta el fin del mundo" llenó mi corazón de una inmensa gratitud. Ya se que todos sabemos ésto: que Dios nos acompaña a cada momento, pero creo que de manera especial Él nos lo está recordado ante todo lo que estamos viendo.

A mi corazón viene el canto aquél que dice: "detrás de éste silencio, respiras tu...detrás de ésta obscuridad tu rostro veo brillar, y aunque vea que todo me sale mal, y el infortunio vea en mi llegar, yo se que tu me amas, me amas mas y mas..."

También es cierto que muchas veces no vemos su rostro brillar ni tantito, pero Él nos regala siempre su promesa: "...Yo estaré con ustedes todos los días..."

TODOS LOS DÍAS,
TODOS LOS MOMENTOS
TODAS LAS LÁGRIMAS
TODAS LAS RISAS
TODOS LOS DESENCUENTROS
TODOS LAS ANGUSTIAS
TODAS LAS INTERROGANTES
TODAS LAS SOLEDADES
TODOS LOS DÍAS ...TODOS

Pero también, en contexto del evangelio citado, hay una encomienda: "Vayan a todo el mundo y anuncien la buena nueva a toda creatura..."

Creo que el mundo necesita de Dios, cada uno de nosotros necesita de Dios. Compartamos el consuelo de nuestra Fe en su presencia constante y amante.

Que confortante es para mi leer sus correos y sus reflexiones, Gracias por compartime a Dios. Me uno a las oraciones por las familias de los fallecidos y los que han sufrido. Me uno a la oración de todos. Y si en algo puedo ayudar para eso estamos.

Dios los bendiga

¿Qué podemos hacer?

Afortunado soy de tener muchas bellas amistades que comparten la misma fe y que se encuentran también en la lucha por mantenerse fieles.
Ante una dura pregunta de qué podemos hacer ante tantos acontecimientos dolorosos de este mundo, mi amiga Betty escribe lo siguiente: