viernes, 26 de febrero de 2010

De la oscuridad a la luz

Una reflexion especial para esos tiempos en que la nostalgia o incluso la depresion quieren hacer presa en nosotros. Una meditación ideal para iniciar un camino de cambio, por ejemplo en Cuaresma, Adviento, o en los cumpleaños o años nuevos.

El ayuno está de moda, menos entre los católicos

Fuente catholic.net
Autor: P. Alberto Ramirez Mozqueda

Un grupo de treinta campesinos iniciaron un ayuno voluntario ante la Secretaría correspondiente porque tienen 10 años solicitando la delimitación de tierras de cultivo… los vegetarianos se han declarado en huelga de hambre porque consideran que las corridas de toros es un espectáculo bárbaro, que hace sufrir tremendamente a los animales...los médicos le recomendaron treinta días de ayuno riguroso con el fin de extirpar el mal que pone en peligro su vida…estoy en un colegio de paga muy costoso y mis amigas se han puesto como meta pesarse cada semana y la que haya aumentado más gramos, le será aplicada la ley del hielo…

viernes, 19 de febrero de 2010

De todos modos

La gente es irrazonable, ilógica y egoísta, ÁMALA De Todos Modos

Si haces el bien, la gente te acusa de egoísta y de tener dobles intenciones, HAZ EL BIEN De Todos Modos

Si tienes éxito, ganas falsos y verdaderos enemigos, TEN ÉXITO De Todos Modos

Lo que se hace bien hoy será olvidado mañana, HAZ EL BIEN De Todos Modos

La honestidad y la franqueza te hacen vulnerable, SE HONESTO Y FRANCO De Todos Modos.

Lo que se construye durante años puede ser destruido durante la noche, CONSTRUYE De Todos Modos

La gente realmente necesita ayuda, pero te pueden atacar si se les ayuda, AYUDA A LAS PERSONAS De Todos Modos

Da al mundo lo mejor que tienes y te devolverán patadas en los dientes, DA AL MUNDO LO MEJOR QUE TIENES De Todos Modos

-Tomado de un letrero en la pared de “La casa de los niños Shishu Bhavan" en Calcuta

miércoles, 3 de febrero de 2010

Cuando la vida es zarandeada por las olas

Autor: Raniero Cantalamessa, OFM Cap. | Fuente: www.fluvium.org

Los hechos del Evangelio no han sido escritos sólo para ser contados, sino también para ser revividos. A quien les escucha se le invita cada vez a entrar dentro de la página del Evangelio, a convertirse de espectador en actor, a ser parte en causa. La Iglesia primitiva nos da el ejemplo. La manera en que se cuenta el episodio de la tempestad calmada muestra que la comunidad cristiana lo aplicó a su propia situación.

En aquella tarde, cuando había despedido a la multitud, Jesús había subido solo al monte para rezar; ahora, en el momento en el que Mateo escribe su Evangelio, Jesús se ha despedido de sus discípulos y ha ascendido al cielo, donde vive rezando e "intercediendo" por los suyos. En aquella tarde echó mar adentro la barca; ahora ha echado a la Iglesia en el gran mar del mundo. Entonces se había levantado un fuerte viento contrario; ahora la Iglesia vive sus primeras experiencias de persecución.

En esta nueva situación, ¿qué les decía a los cristianos el recuerdo de aquella noche? Que Jesús no estaba lejos ni ausente, que siempre se podía contar con él. Que también ahora daba órdenes a sus discípulos para que se le acercaran "caminando sobre las aguas", es decir, avanzando entre las corrientes de este mundo, apoyándose sólo en la fe.

Es la misma invitación que hoy nos presenta: aplicar lo sucedido a nuestra vida personal. Cuántas veces nuestra vida se parece a esa barca "zarandeada por las olas a causa del viento contrario". La barca zarandeada puede ser el propio matrimonio, los negocios, la salud... El viento contrario puede ser la hostilidad y la incomprensión de las personas, los reveses continuos de la vida, la dificultad para encontrar casa o trabajo. Quizá al inicio hemos afrontado con valentía las dificultades, decididos a no perder la fe, a confiar en Dios. Durante un tiempo nosotros también hemos caminado sobre las aguas, es decir, confiando únicamente en la ayuda de Dios. Pero después, al ver que nuestra prueba era cada vez más larga y dura, hemos pensado que no podíamos más, que nos hundíamos. Hemos perdido la valentía.

Este es el momento de acoger y experimentar como si se nos hubieran dirigido personalmente a nosotros las palabras que Jesús dirigió en esta circunstancia a los apóstoles: "¡Ánimo!, que soy yo; no temáis". Es famosa la frase con la que el sacerdote Abundio, en Los novios (I promessi sposi), justifica su miedo y cobardía: "Quien no tiene valentía no se la puede dar". Tenemos que desterrar precisamente esta convicción. ¡Quien no tiene valentía se la puede dar! ¿Cómo? Con la fe en Dios, con la oración, basándose en la promesa de Cristo.

Alguno dirá que esta valentía, basada en la fe en Dios y en la oración, es un pretexto, una huida de las propias posibilidades y responsabilidades. Una manera de descargar en Dios los propios deberes. Es la tesis de fondo de la obra de teatro de Bertolt Brecht, ambientada en Alemania en tiempos de la guerra de los Treinta Años, que tiene como protagonista a una mujer del pueblo llamada, por su capacidad de decisión y valor, "Madre Coraje". En plena noche, las tropas imperiales, tras haber matado a los guardias, avanzan contra la ciudad protestante de Halle para quemarla. En los alrededores de la ciudad, una familia de campesinos, que acoge a la Madre Coraje con la hija muda, Kattrin, sabe que lo único que puede hacer para salvar a la ciudad de la ruina es rezar. Pero Kattrin, en lugar de ponerse a rezar, sube al techo de la casa, y se pone a tocar desesperadamente el tambor hasta que ve que los habitantes se han despertado y están de pie. Es asesinada por los soldados, pero la ciudad se salva.

Con esta crítica, que es la clásica crítica del marxismo, se ataca a quien pretende quedarse con los brazos cruzados, en espera de que Dios lo haga todo. Pero esto no tiene nada que ver con la verdadera fe y la verdadera oración, que es lo contrario de la resignación pasiva. Jesús dejó que los apóstoles remaran contra el viento durante toda la noche y que utilizaran todos su recursos antes de intervenir personalmente.