domingo, 23 de septiembre de 2007

La Nueva Era

Estaré publicando diversos documentos acerca de la Nueva Era de diversos autores. He aquí el primero.

La Nueva Era


Para la fe cristiana católica, la encarnación de Jesucristo, único Redentor del hombre, ha sido, es y seguirá siendo el punto de referencia para vislumbrar el sentido de la historia y para definir la meta final hacia la cual está encaminada toda la creación.

La promesa esperanzadora del Hijo de Dios: "Sabed que estaré con vosotros siempre, hasta el fin de los tiempos" (Mateo 28, 20), parece haberse hecho de forma particular para los tiempos actuales que vive el mundo. En nuestros días se levanta algo así como una imploración colectiva al Dios del universo que supera las fronteras de raza, cultura y religión para que Él se haga presente entre los hombres; para que Él ilumine nuestros pasos y nos libere de la confusión o incertidumbre, de la injusticia y del miedo que oscurecen el horizonte.

En los últimos años se ha propiciado la difusión de falsas esperanzas y promesas ilusorias. En nuestros días se ha suscitado por enésima vez el espíritu del milenarismo, es decir, la anticipación de una nueva era inminente, de un cambio radical o instantáneo que pondrá fin al presente estado de las cosas.

Quizá la expresión humanamente más atractiva pero, a la vez, más ambigua y cuestionable de esta tendencia milenarista es lo que se llama comúnmente el movimiento de la Nueva Era ó New Age. El cual, pregona una edad de oro para toda la humanidad. Es la creencia en el inicio de un mundo cualitativamente diverso y mejor que éste. Este paso evolutivo traerá –según ellos- consigo una iluminación de la conciencia de los hombres. Desvanecerá nuestra percepción fragmentada de la realidad y, supuestamente, veremos el universo entero como es: un todo vivo y único del cual nosotros mismos no somos más que una parte.

Todo el mensaje de la Nueva Era se reviste de un optimismo desbordante y resalta lo positivo, lo fácil y lo inmediato de la transformación que propone. No es de maravillarnos, por tanto, que precisamente en estos años, su difusión a nuestro alrededor haya sido tan amplia. Por todas partes observamos que las librerías, las tiendas, los cursos y talleres, los retiros espirituales, las películas y los programas de televisión que promueven los contenidos y valores de la Nueva Era se multiplican. Sus ideas, sus campañas de concienciación y su espiritualidad aparecen en los salones escolares de nuestros niños e incluso en la predicación y enseñanza religiosa de instituciones católicas con creciente frecuencia.

Respecto a esto, el Papa Juan Pablo II advirtió claramente a un grupo de obispos:
"Las ideas del Nueva Era a veces se abren camino en la predicación, la catequesis, los congresos y los retiros, y así llegan a influir incluso en los católicos practicantes que tal vez no son conscientes de la incompatibilidad de esas ideas con la fe de la Iglesia". En su perspectiva sincretista e inmanente, estos movimientos para-religiosos prestan poca atención a la Revelación, más bien, intentan llegar a Dios a través del conocimiento y la experiencia basados en elementos que toman prestados de la espiritualidad oriental y de técnicas psicológicas. Tienden a relativizar la doctrina religiosa a favor de una vaga visión del mundo, que se expresa mediante mitos y símbolos revestidos de lenguaje religioso. Además proponen una concepción panteísta de Dios, incompatible con la Sagrada Escritura y con la Tradición Cristiana". (A los Obispos el 28-mayo-93.)


"No debemos engañarnos pensando que el renacimiento de las antiguas ideas gnósticas en la forma de la llamada Nueva Era pueda llevar a una renovación de la religión. Es solamente un nuevo modo de practicar la gnosis, esa postura de espíritu que en nombre de un profundo conocimiento de Dios, acaba por tergiversar Su Palabra... con una decidida, aunque a veces no declarada, divergencia con lo que es esencialmente cristiano" ("Cruzando el Umbral de la Esperanza").

Por el análisis que se mostrará en los siguientes documentos y por la palabra del Papa, Representante de Cristo en la tierra, Cabeza visible de la Iglesia, Sucesor de San Pedro, podemos concluir que: La Nueva Era abraza ideas, conceptos y prácticas incompatibles con el Cristianismo y con la Fe Católica.

1 comentario:

lourdes dijo...

Hace apenas una semana que me entere de los peligros sobre la nueva era. Nunca antes le preste mucha atencion, pero en solo 7 dias he estado oyendo muchas advertencias sobre esta New Age, mis amigas me lo han dicho, un libro que estoy leyendo y ahora tu tambien. Dios se esta asegurando que yo me de cuenta y que OIGA con atencion. Gracias por tu parte en este proceso.