Testimonio de María Isabel Román
A raíz de mi encuentro con el Señor Jesús, me integré al Grupo Juvenil de nuestra parroquia, me gustó y todo me parecía fresco, natural, surgido de una experiencia personal del encuentro con Jesús... (No se parecía en nada a las clases de ética o moral, tomadas de un libro, que había yo recibido en el colegio donde había yo estudiado la primaria y secundaria); no eran cosas que tenia que aprender para luego pasar un examen, sino más bien quedaron grabadas por sí solas, porque podía vivirlas, porque Jesús ya no estaba lejos, sentía su cercanía y su presencia en toda mi vida.
Por esta razón permanecí en el grupo de jóvenes, gracias a la misericordia y amor que Dios me mostró a través de mis hermanos de comunidad, por la fuerza y poder de su Espíritu Santo, he perseverado estos 25 años de mi vida compartiendo con mi comunidad.
Toda mi vida, desde mi niñez, Dios ha estado presente con su infinito amor: participé en el coro del colegio, pertenecí al grupo de catecismo para los ejidos, a la Congregación Mariana, participé en “la cruzada de la pureza” por el mes de Mayo, ramillete espiritual por el mes de las Misiones... pero, sin conocer personalmente, la fuente del amor; trataba de portarme bien, agradar a Dios para que no se ‘enojara’ conmigo... la comunidad me ayudó a tomar todo como mío y preguntarle a Jesús, que era lo que El quería de mí, El me hablaba y yo le respondía... en mi vida espiritual se abrió paso la oración personal y pude tratar al Señor como mi mejor amigo, desde entonces me alimento, creciendo junto con otros hermanos que como yo forman parte de este grupo, en el cual encontré verdaderos amigos y hermanos con los que comparto todo.
La comunidad me impulsa siempre a ver las necesidades de quienes aún no conocen a Dios y me ánima a llevárselos.
Pertenecer a una comunidad ha sido un regalo del que se ha valido el Señor para mantenerme junto a El, por lo que le doy gracias y pido su bendición para que como yo, cada vez más personas se encuentren con El y con hermanos con quienes caminar y crecer en Su amor.
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