viernes, 5 de octubre de 2012

Santos difuntos

Por Carolina Ontiveros

RECUERDO DE MAMANINA
Hoy hace un año que murió Mamanina, mi abuela. Yo no podía entender porqué el mundo continuaba como si nada hubiera pasado, porqué la gente seguía caminando por las calles sin tener siquiera idea de que Mamanina había existido, todavía no lo entiendo... Solo Dios sabe porqué hay vidas tan ejemplares que pasan desapercibidas para el mundo, pero yo no la olvido. Todos los que tuvimos la suerte de conocerla y ser influenciados por ella, no la vamos a olvidar...

Recuerdo la olla de frijoles recién cocidos, las tortillas de harina que no llegaban a ser bulto porque ya tenían fila de dueños al salir del comal; los quelites guisados, el requesón, las tortillas de maíz hechas a mano con mantequilla y sal, las acelgas en caldo con hielitos y limón, la bandeja de mangos corrientes, las sandías frescas, los raspados con mieles hechas por ella, de ciruela, tamarindo, vainilla, hasta de rosas.

La recuerdo raspando el hielo en el lavadero en las tardes calurosas, en el patio lleno de rosales que le encantaban, cuidando a sus nietos que más bien somos sus hijos. Recuerdo las tardes tranquilas y a ella en la mecedora rezando el rosario como todos los días, uno por los hijos, uno por los nietos y otro por las necesidades especiales, trabajo para alguno, salud para otro, alegría para otro más.

Siempre perfumada y arreglada, la recuerdo abriendo ventanas, dejando que entrara el aire y la luz a todas las habitaciones, poniendo flores en los rincones, despidiéndonos con un "Dios te bendiga".

No sé si rico o pobre pero su habitación siempre estaba limpio, ordenado, fresco, con olores dulces y alegres.

La recuerdo curándome una rodilla durante varios días, con tanta paciencia que parecía que le dolía más a ella que a mí. Recuerdo los regaños, los mandados, los cariños; era muy fuerte y muy suave a la vez, mujer de virtudes, de trabajo, de mucha fé. Sin distinciones, nos quiso a todos y nos regañó a todos, haciéndonos sentir importantes pero responsables. Resaltando el honor, la virtud, el respeto, los valores.

Sin duda son muchos los regalos que recibimos de ella y muy difícil imitarla, pero lo que sí es fácil es agradecerle a Dios, por habernos dado esta gran bendición de disfrutarla y pedirle que la tenga gozando de su Amor, quienes las conocimos sabemos que no va a estar con los brazos cruzados en el Cielo, sino muy pendiente de cada uno de sus hijos, nietos, bisnietos y tataranietos.

Gracias Mamanina, te quiero muchísimo y siempre vas a vivir en mi corazón, soy sangre de tu sangre pero también alma de tu alma, y me siento muy orgullosa y afortunada de serlo! 

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