Afortunado soy de tener muchas bellas amistades que comparten la misma fe y que se encuentran también en la lucha por mantenerse fieles.
Ante una dura pregunta de qué podemos hacer ante tantos acontecimientos dolorosos de este mundo, mi amiga Betty escribe lo siguiente:
Creo que lo que podemos hacer todos por esta violencia que nos esta rebasando, es ante todo ORAR, no despreciar el gran regalo que es la oración de intercesión, el rendir al creador cuentas de sus creaturas, orar con una ofrenda sincera, no nada más para pedir clemencia, misericordia y paz. Orar ofreciendo a Dios, primero nuestro tiempo, siendo constantes en la cita de oración personal, grupal y comunitaria.
Podemos también trabajar por la paz y en la paz, sin violentar nuestras relaciones de amistad, de pareja, de trabajo, si construyes a tu alrededor ambiente de paz, se va extendiendo como las ondas en el agua. ¿Pero como hacer esto?
Creo -en mi muy particular punto de vista- que se debe de iniciar con la decisión personal de hacerlo, como la publicidad de nike "do it"; de hacerlo hoy, mañana, pasado y si pasado mañana fallo, lo olvido, me dio flojera, volver a empezar al siguiente día; porque ya no tenemos opciones: O somos nosotros los que conocemos el evangelio (la buena nueva) del amor de Dios, de la salvación, los que propagamos esta moción de paz, o los del lado obscuro van a propagar su estilo de vida y corremos el riesgo de acostumbrarnos, adaptarnos y enseñar a nuestros hijos a vivir en ese ambiente, para sobrevivir.
Como iglesia, recién celebramos el día de la Santísima Trinidad; el sacerdote en su predicación resumió lo que se le atribuye a cada una de las personas de la Santísima Trinidad: al PADRE la CREACIÓN, al HIJO la REDENCIÓN y al ESPÍRITU SANTO la SANTIFICACIÓN.
Así que hay que pedir la gracia del Espíritu Santo en nuestras vidas para santíficación de nuestras personas, nuestras familias, nuestros trabajos, en fin nuestras obras.
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